Comentario al Evangelio - A vino nuevo dores nuevos | Lc 5, 33-39
A vino nuevo dores nuevos
Lc 5, 33-39
Lc 5, 33-39
Hijas de San Pablo
Hna. Simona Rosario Acosta, fsp.
Jesús
responde a la crítica con una pregunta retórica. La imagen de las bodas es
clara en el contexto de la época. Durante estas fiestas, la gente no sólo tenía
permiso para interrumpir el ayuno, sino que tenían que hacerlo. Aquel día los
maestros tenían incluso que interrumpir su enseñanza de la ley. Las bodas no
eran ciertamente un acontecimiento cultual, pero simbolizaban la historia de
Dios con su pueblo. Para Jesús, el tiempo actual es un día de bodas, aunque Él
no se identifica directamente con el esposo.
Jesús
y sus discípulos eran observados desde fuera, pero muy de cerca por los
fariseos. La pregunta retorica con la que Jesús responde: “¿es que podéis hacer
ayunar a los amigos…?” tiene la intención de cuestionar si: ¿se les puede
obligar a ayunar a los amigos del novio?
La
llevada del reino de Dios es un motivo muy grande para celebrar, ya que se
trata del cumplimiento de la promesa de Dios. Mientras Dios está presente e
implantando el reino entre nosotros ¿es tiempo de alegría o de luto? Tenemos que
saber distinguir con sabiduría cuándo y en qué circunstancias debemos hacer uso
de lo nuevo y de lo antiguo en nuestra vida cristiana.
El sentido
fundamental de la parábola es que el ser humano tiene que recibir el don de
Dios con una sabiduría adecuada. En el contexto del ayuno, la práctica judía no
es la expresión correcta de la fe. La expiación y los meritos tienen que dejar
su sitio a la confianza y a la alegría. Lo propio tanto de la confianza como de
la alegría es que no se puede imponer como se impone un mandato. Sólo es
posible suscitarlas mediante la invitación y el diálogo. La parábola tiene la
función de provocar a los oyentes, de llevarlos a la decisión, de sacarlos del
atolladero e invitarlos al encuentro con el Dios verdadero, el Dios de Jesucristo.
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