Comentario al Evangelio - jueves 6 de septiembre 2018
Y dejándolo todo, lo siguieron -
La pesca milagrosa
La pesca milagrosa
Lc 5, 1-11
Hijas de San Pablo
Hna. Simona Rosario Acosta, fsp.
En
este trozo del evangelio todo empieza con la mirada de Jesús: vio a la gente que se agolpaba, las dos
barcas, los pescadores… así comienzan también las llamadas de los discípulos en
el evangelio de Marcos (1,16.19). Con esa mirada de Jesús todo se decide.
En el versículo 5 se
establece el dialogo entre Jesús y Simón. La respuesta de Simón es vacilante,
entre la del pescador y la del discípulo. Como pescador, no tiene nada que
aprender de un hombre de su misma edad, que además es de tierra adentro. Se lo
dice claramente: no se pesca a medio día, sobre todo si no se ha cogido nada
por la noche; y los remeros están cansados. Como discípulo
responde: pero en tu nombre echaré las
redes. Al mismo tiempo pescador y discípulo le dan a Jesús el título de
Maestro, de jefe.
Lo
mismo que la mirada del Señor constituye a la iglesia con la llamada a los
discípulos, la mirada de los creyentes suscita aquí la confesión (v. 8). Simón
ve el éxito de la pesca y se echa suplicante a los pies del Jefe, es decir de
Jesús. La postración muda no es solamente la actitud de adoración ante lo
divino, sino también un asunto de vida o muerte, ya que la aparición de lo
divino pone de relieve el estado de pecado y se convierte en amenaza de perdición.
Simón ha confesado su condición humana limitada y ha implorado la clemencia
divina. El Señor concluye su revelación confiando a Pedro su misión: en adelante serás pescador de hombres.
El gran milagro de esta pesca no fue tan solo la gran cantidad de peces que
recogieron, fue además la pesca por parte de Jesús de sus primeros discípulos,
de los llamados a estar con Él, de los primeros testigos, de los continuadores
de su obra, de los comunicadores de la buena noticia del reino.
Que
cuando Jesús suba a mi barca yo sepa acogerle, dejarme pescar y convertirme en
pescador de hombres comunicando a todos la buena nueva de su reino.
Gracias por ofrecer esa doble mirada del pescador experimentado que va más allá de su capacidad y su experticia para dejarse tocar por la lógica diversa del Maestro y la fuerza de su Palabra. Un abrazo grande, hermana Simona!
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