“Que me suceda como me has
dicho” (Lc 1,38) fue la respuesta de María al ángel Gabriel ante la propuesta
que este le hiciere de ser la Madre del Hijo del Altísimo.
Nunca se es demasiado joven para decirle sí al maravilloso plan de Dios.
Siendo apenas una adolescente asumió un proyecto de vida con la madurez,
sabiduría y firmeza de una anciana (por la sabiduría acumulada de los años),
que cambiaría la suerte de la humanidad. No se reservó nada de ella para sí
misma, todo lo entregó a su Señor, haciéndose esclava fue convertida en la
Reina.
Contemplar la figura de María nos ha de mover siempre a revisar nuestra
respuesta cotidiana al Dios que todo lo puede y que grandes cosas ha hecho en
cada un@ de nosotr@s. Inspirándonos en
la vida de María podemos constatar que cada quien puede decirle que Sí a Dios a
cada una de sus propuestas.
Simona Rosario Acosta, fsp.
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