¿Qué hace una “monja” detrás de un mostrador?

Existen un sin número de congregaciones religiosas nacidas para asistir a los más pobres y necesitados en situaciones tan diversas como son las dificultades actuales de la sociedad. Cada congregación es un don maravilloso del Espíritu Santo a su Iglesia. Las Hijas de San Pablo hemos nacido para vivir y comunicar la Palabra de Dios que salva, utilizando todos los medios de comunicación  que estén a nuestro alcance. 

Muchos se han preguntado a lo largo de éste nuestro primer siglo de vida: ¿Qué de heroico (o qué sentido) puede tener el consagrar los mejores años de la vida al Señor, más aun, toda la vida para “trabajar” detrás del mostrador en una librería?

Ciertamente que el pan material es muy importante para asegurar una vida digna para todos, pero es igualmente urgente compartir el pan del Evangelio, para responder a la sed de verdad y de Dios en cada persona. La vida de las Hijas de San Pablo es una vida por el Evangelio.

Santiago Alberione invitaba a poner al centro de la misión la Palabra de Dios, pero decía también: "no sólo hablar de religión, hablar de todo, pero cristianamente".  Valorizar todos los instrumentos y las nuevas tecnologías de la comunicación, buscando nuevos caminos para el Evangelio. Inventar puntos de encuentro para muchos, y que siempre más personas conozcan y acojan a Jesús. A ello dedicamos nuestra vida realizando: libros, discos, películas, tarjetas, afiches, misiones bíblicas, talleres parroquiales, charlas y cursos de temas sumamente diversos. Todo para Cristo sea conocido y amado.

Desde su mostrador la Paulina llega a lugares remotos e inimaginables, llega con su misión al corazón mismo de la persona humana: con una frase, con un libro, con una canción, con una sonrisa, con una oración.

“La caridad más grande que se le puede hacer a una persona es la caridad de la verdad” (Tecla Merlo).

Simona Rosario Acosta, fsp

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