VENERABLE ESCOLÁSTICA RIVATA
Escolástica
Úrsula Rivata nació el 12 de julio de 1897. Hija primogénita del matrimonio de
Antonio Rivata y Lucia Alejandra. A la edad de 6 años experimentó el profundo
dolor de la muerte de su madre.
Un joven
de nombre Andrés le hizo a Papá Antonio el pedido de la mano de Úrsula. A este
le pareció un buen muchacho, en cambio para Úrsula esa propuesta fue como un
rayo que atravesó las nubes y provocó una primera y grande decisión en su vida.
De hecho, después de la misa del domingo, saliendo de la iglesia mira al joven
Andrés que no le era extraño, pero que tenía que escrutar como persona a quien
podría compartir su vida y se preguntó ¿será de veras un buen muchacho? Pero de
repente se sintió profundamente convulsionada, se fue de prisa a su casa, entró
en su habitación y se puso frente a la imagen del sagrado corazón de Jesús y
exclamó diciéndole “¡Señor, solo tú y basta! bajé la escalera y fui con papá
Antonio y le dije: no acepto la mano de Andrés”.
Dice su
sí a aquel que por primera vez había elegido y en ese momento le pedirá de ser
solo para Él: en la alegría y en el dolor, en la salud o en la enfermedad, en
su patria o en el exilio. Desde entonces su vida es más clara y su estilo de
vida es diferente. Desde ese momento no se saciaba de mortificarse, oraba
constantemente, todos los días participaba a la eucaristía, a la confección
semanal y también a la comunión.
1921 un
sábado en alba va a comprar un libro de buena lectura y encuentra a don
Alberione. En 1922 sábado 29 de julio su papá la acompaña a san Pablo y se la
entrega a Santiago Alberione. Úrsula es consciente de que en la casa cualquier
ocupación, la lleva al único fin que es Cristo.
El día de Santa Escolástica dio inicio oficial a la nueva familia de las
Pías Discípulas del Divino Maestro. El 25 de marzo de 1924 fiesta de la
Anunciación del Señor emite los votos religiosos en privado aceptadas por
Santiago Alberione.
24 de
marzo de 1978 mientras la comunidad canta las primeras vísperas de la
Anunciación, Madre Escolástica muere en santa fe. La sierva de Dios Madre
Escolástica Rivata, dio pleno sentido a su vida encontrando en Jesús Maestro,
Camino, Verdad y Vida, "la respuesta capaz de dar paz a las inquietudes
del corazón humano", y su silencio se vuelve también hoy, una palabra densa
de contenido, de comunicación de la vida.
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