QUISIERA TENER MIL VIDAS PARA DEDICARLAS AL EVANGELIO
Tecla Merlo
Comunicadora del Evangelio.
Mariana
Medina.
Apóstol
valiente de la comunicación social.
Es relevante la figura de
una mujer que ha trabajado en perfecta sintonía con el padre Alberione: la
Venerable Tecla Merlo (1894-1964), primera superiora general de las Hijas de
San Pablo y modelo de mujer que cree firmemente en la eficacia de las nuevas
formas de apostolado.
La hermana Tecla Merla era
una joven decidida y muy sensible a los signos de los tiempos. Invitada por el
padre Alberione para colaborar con la fundación de las Hermanas Paulinas,
aceptó el desafío y dedicó toda su vida a la orientación y animación de las
hermanas y al servicio del pueblo de Dios,
como apóstol valiente de la comunicación social.
Compartiremos de manera
particular la vida de Tecla Merlo,
con-fundadora de la Hijas de San Pablo, es revelar sobre su testimonio de mujer sencilla, llena de
coraje y de caridad, a la cual a aportado con amor a la misión Paulina.
La sierva de Dios Sor Teresa
tecla Merlo, nació en Castagnito d´Alba el 20 de febrero de 1894. Transcurrió
sus primeros años en el ambiente de su familia, de la escuela, de la parroquia,
empeñándose en el apostolado catequístico, en la asistencia y formación de las
jóvenes.
A los 21 años se encontró
con Don Alberione, fundador de la Familia Paulina, quien la invitó a colaborar
con él en la organización del Instituto de las Hijas de San Pablo. Con un
espíritu dócil y disponible a la voluntad de Dios, aceptó la invitación con
sencillez y fe. Más adelante se le confió
la responsabilidad principal en la guía de la nueva Congregación y fue llamada “PRIMERA
MAESTRA”. En el 1922 junto a otras jóvenes emitió los primeros votos
religiosos. Con el ejemplo, la palabra, la oración, supo ir adelante, dirigir y
sostener a la Hijas en la “nueva vocación” a ellas reservada en la
Iglesia. Decididamente abierta a los “signos de los tiempos”, sensible a
las necesidades de la sociedad, efectuó viajes en las diversas partes del mundo
para encontrarse con las Hijas. Movida siempre de un único fin: “promover la
gloria de Dios, el bien de las almas,
dio impulso a las iniciativas apostólicas, aumentando y alimentando los Centros
de la difusión de la Verdad, mediante los instrumentos modernos de la Comunicación
Social: prensa, cine, radio, TV, filminas, discos, considerados siempre por
ella con medios de evangelización. Le fue de profundo conforto espiritual el documento
conciliar “Inter mirifica” a través del cual una ulterior confirmación
para el mandato de su instituto. El 5 de febrero de 1964, murió dejando a sus
Hijas un rico patrimonio espiritual y la huella de un seguro en la Iglesia de
Dios.
Con ocasión de su funeral,
el P. Alberione dijo de ella: “la Primera
Maestra no era simplemente una superiora: es la madre del Instituto. Tendréis
otras superioras que desempeñarán el cargo y seguirán los ejemplos de la
Primera Maestra, pero no serán las madres. Por tanto, debéis profundizar en su
espíritu, recordar sus ejemplos, leer lo que escribía y, sobre todo, seguir sus
consejos”. LEER MAS...
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