EL AMOR Y EL ENAMORAMIENTO.


El  AMOR es un sentimiento de estimación ajena, del que nos sentimos autores, que se prolonga en el tiempo con relativa independencia de las circunstancias externas, en función de la voluntad y de las capacidades personales para nutrirlo.

En el amor no hay voluntad de posesión como en el enamoramiento, sino deseos que se proyectan ampliamente en el tiempo dentro de un proyecto común con la  persona amada. El amor es un sentimiento que cambia el rencor por el perdón, los celos por la confianza plena, la rivalidad por la colaboración, la intolerancia por la compresión, el egoísmo por la generosidad.

Generalmente, el amor surge del enamoramiento. La relación se va transformado paulatinamente; y, según se atenúa el apasionamiento inicial, va aumentando el amor progresivamente. En otros casos sucede al contrario: la relación comienza por el amor que le tenemos a una persona y continúa de una manera afectiva con una cierta atracción, simpatía y afecto hasta que descubrimos que estamos enamorados.

El  ENAMORAMIENTO sin amor carece de consistencia y, con el tiempo, está condenado al fracaso. El amor sin enamoramiento si tiene consistencia y puede sostener una relación satisfactoria para los dos. Si existe amor y enamoramiento, la relación es perfecta. Por eso motivo, hay que procurar no dejar las cosas del amor en manos del corazón exclusivamente. También hay que considerar, desde una perspectiva más racional, las posibilidades que tenemos de poder establecer y mantener una relación satisfactoria y duradera con una persona en concreto.

ORACIÓN DE LOS NOVIOS.

En mi corazón, Señor, se ha encendido el amor por alguien que tu bien conoces y amas.  Tú mismo me lo/a has hecho encontrar y me lo/a has presentado. Te doy gracias por este don que me llena de alegría profunda, me hace semejante a ti, que eres amor, y me hace comprender el valor de la vida que me has dado. Haz que no malgaste esta riqueza que tú  has puesto en mi corazón: enséñame que el amor es don y que no puede mezclarse con ningún egoísmo: que el amor es puro  y que no puede quedar en ninguna bajeza: que el amor es fecundo y desde hoy debe producir un nuevo modo de vivir en los dos. Te pido, Señor, por quien me espera y piensa en mi; por quien camina a mi lado; haznos dignos el uno del otro; que seamos ayuda y modelo para otros novios cristianos. Ayúdanos en nuestra preparación para vivir la vocacion al matrimonio: a su grandeza, a su responsabilidad, a fin de que desde ahora nuestras almas dominen nuestros pensamientos y los conduzcan en el amor.





Para ver más sobre  el tema,  le recomendamos este libro:
“CRECER EN EL NOVIAZGO". Autor Ciriaco Izquierdo. Edit. Paulinas.

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