"El amor de Cristo nos apremia" (2Cor. 5,14)
"El amor de Cristo nos apremia" (2Cor. 5,14) «Soy el menor de los apóstoles... porque he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí» ( 1 Cor 15 ,9-10). Así resume el apóstol Pablo el significado de su conversión. Ésta, que tuvo lugar tras el encuentro fulgurante con Cristo resucitado (cf. 1 Cor 9 ,1) en el camino de Jerusalén a Damasco, no es principalmente un cambio moral, sino una experiencia transformadora de la gracia de Cristo, y al mismo tiempo la llamada a una nueva misión, la de anunciar a todos a aquel Jesús a quien antes perseguía, hostigando a sus discípulos. En ese momento, de hecho, Pablo entiende que entre el Cristo eternamente vivo y sus seguidores hay una unión real y trascendente: Jesús vive y está presente en ellos y ellos viven en Él. La vocación a ser un apóstol no se funda en los méritos humanos de Pablo, quien se considera «ínfimo» e «indigno», sino